Si gasto las horas
en batalla infinita
en vanas visiones
o en fugaces sueños,
despertadme,
los que me llamáis
amigo.
Amigos sois
si zarandeáis mi inconsciencia
y plantáis cara a mi egoísmo.
Si afeáis el ciego encierro
de quien se enclaustra
tras altos muros
para evitar, viviendo menos,
ser herido.
Amigos sois si gritáis
hasta el hartazgo,
el vuestro o el mío,
que no han de ser
mis días una ficción.
Sed exigentes,
aunque os lo pague
con mueca distante.
(www.rezandovoy.org)
miércoles, 16 de agosto de 2017
sábado, 5 de agosto de 2017
Valorar a las personas cercanas
Señor, tú nos has confiado muchos talentos, muchas capacidades, muchas posibilidades de crecer y servir.
Hay talentos muy vistosos: la simpatía, la facilidad de palabra, la fuerza física... Otros talentos están más ocultos: la capacidad de amar, de escuchar, de rezar...
Señor, gracias por todos los talentos he recibido a lo largo de mi vida. Gracias por darme la posibilidad de multiplicarlos.
Dame una mirada limpia para reconocer los talentos de las personas más cercanas: mi familia, mis compañeros de trabajo, mis vecinos...
Qué sea capaz de descubrir y agradecer hasta las capacidades más ocultas de quienes me rodean. Son un regalo para ellas y también para mí.
Gracias, Señor, por todos los dones que repartes entre todos tus hijos e hijas. Amén.
Hay talentos muy vistosos: la simpatía, la facilidad de palabra, la fuerza física... Otros talentos están más ocultos: la capacidad de amar, de escuchar, de rezar...
Señor, gracias por todos los talentos he recibido a lo largo de mi vida. Gracias por darme la posibilidad de multiplicarlos.
Dame una mirada limpia para reconocer los talentos de las personas más cercanas: mi familia, mis compañeros de trabajo, mis vecinos...
Qué sea capaz de descubrir y agradecer hasta las capacidades más ocultas de quienes me rodean. Son un regalo para ellas y también para mí.
Gracias, Señor, por todos los dones que repartes entre todos tus hijos e hijas. Amén.
Verdad molesta
Gracias, Señor, por los profetas,
por los profetas amigos y por los desconocidos,
por esas personas que nos recuerdan verdades molestas:
gastamos excesivamente en caprichos,
vivimos como si no existieran los pobres, los enfermos...
nos encerramos en nuestra comodidad,
dejamos que la pereza o la lujuria tomen las riendas de nuestra vida,
confundimos lo que necesitamos con lo que nos apetece,
nuestra solidaridad es de calderilla,
dedicamos a Dios los desperdicios de nuestro tiempo,
ponemos ideologías y doctrinas por encima de las personas,
nos quejamos demasiado por lo que no tenemos,
disfrutamos poco de lo que Tú nos regalas cada día.
Verdades molestas, demasiado molestas.
Ayúdanos a escuchar a tus profetas,
abre nuestra mente y nuestro corazón a la verdad,
a esa verdad que denuncia lo que no funciona
y nos abre nuevos horizontes de vida más plena.
Danos la luz y la fuerza de tu Espíritu,
para ser profetas humildes y valientes,
que denuncien la mentira y la injusticia,
que alienten la esperanza, el amor y la paz.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)