sábado, 5 de agosto de 2017

Verdad molesta

Gracias, Señor, por los profetas,
por los profetas amigos y por los desconocidos,
por esas personas que nos recuerdan verdades molestas:
gastamos excesivamente en caprichos,
vivimos como si no existieran los pobres, los enfermos...
nos encerramos en nuestra comodidad,
dejamos que la pereza o la lujuria tomen las riendas de nuestra vida,
confundimos lo que necesitamos con lo que nos apetece,
nuestra solidaridad es de calderilla, 
dedicamos a Dios los desperdicios de nuestro tiempo,
ponemos ideologías y doctrinas por encima de las personas,
nos quejamos demasiado por lo que no tenemos,
disfrutamos poco de lo que Tú nos regalas cada día.
Verdades molestas, demasiado molestas.

Ayúdanos a escuchar a tus profetas,
abre nuestra mente y nuestro corazón a la verdad,
a esa verdad que denuncia lo que no funciona
y nos abre nuevos horizontes de vida más plena.

Danos la luz y la fuerza de tu Espíritu,
para ser profetas humildes y valientes,
que denuncien la mentira y la injusticia,
que alienten la esperanza, el amor y la paz.