sábado, 9 de mayo de 2020

Llegas de día, llegas de noche

Llegas de día, llegas de noche.
Se te espera por la puerta, llegas por la ventana.
Te buscamos con alegría, llegas con tu cruz.
Estamos de guardia, nos llamas desde dentro.
Rastreamos huellas, llegas por senderos nuevos.

Llegas en la abundancia
y más todavía en la pobreza.
Llegas cuando triunfamos
y nos acompañas en los fracasos.
Llegas cuando eres deseado
y te presentas cuando no se te espera.

Llegas en el silencio
y en el áspero y abrasador viento.
Llegas también en la multitud y el ruido.
Llegas para dormirnos y para despertarnos.
Llegas a través de todas las caras que encontramos
a lo largo del día en nuestro camino.

Llegas en el desierto de manantiales inciertos,
en las estepas de desconocidos pozos,
en los bosques frondosos en que nos perdemos,
en las altas cumbres que hollamos,
y en los valles que nos dan vértigo.

Llegas a cada instante.
Llegas en cada lugar.
Allí donde estamos, estás.

Fiel a tu palabra
ya estás esperándonos.


Florentino Ulibarri