Me pregunto: ¿cuáles son las riquezas (de cualquier tipo) que me impiden entrar en comunión con Dios y con los hermanos?
Tengo demasiadas cosas, Señor,
para amarte y para amar más y mejor.
Tengo demasiados prejuicios, Señor,
y quiero abrirme a una verdad más grande,
para conocerte y conocer mejor a las personas.
Tengo demasiados apegos, Señor,
y quiero liberarme de ellos,
para vivir con más libertad y confianza.
Tengo demasiados miedos, Señor,
y quiero reconocerlos y superarlos,
para disfrutar la aventura de amar como Tú y Contigo.
Contigo puedo seguir creciendo, Señor.
Amén.