miércoles, 23 de septiembre de 2015

Como la tierra espera ser labrada

Como la tierra silenciosa espera
ser labrada, apasionadamente,
así. Ya tengo el corazón caliente
de espera bajo el sol a que Dios quiera.

A que quiera venir. Si Dios viniera,
si viniera Él aquí, si de repente...
¿Por qué pensaré en Dios tan dulcemente
cuando tengo en la vida quien me quiera?

Y me pongo a soñar, y se me llena
de sueño el corazón, y me parece
que cantan sobre mí. Pura, serena,
gira la tierra lenta del verano.
Desde la gana de vivir me crece
un ansia de llamar a Dios hermano.

Antonio Gamoneda