miércoles, 30 de septiembre de 2015

Grano de trigo perdido

Una mano amiga te ha confiado, esta mañana, un grano de trigo.
Colócalo en el cuenco de tu mano.
Y contémplalo en silencio.

Míralo,
Tan pequeño. Tan sin importancia.
Pudo caer del remolque en un bache del camino,
o perderse en el rastrojo.
Nadie habría hecho problema.
Nadie se habría enterado.
Tan pequeño. Tan sin importancia.



Descubierto en el suelo,
es más fácil pisarlo que admirarse,
más fácil despreciarlo
que recogerlo como un pequeño tesoro.

Y aquí está, en tu mano.
SOLO.
Bajo su piel tostada
encierra un secreto de vida.
En él hay espigas dormidas.

Si cada uno sembramos nuestro grano,
junto al del hermano…
tendremos muchas espigas,
despertará una nueva cosecha.

Mi grano de trigo:
¿Y si tú fueras el último grano de trigo que queda en este planeta,
y yo el único responsable de cuidarte?
¿Y si fueras el último grano de trigo que yo podré sembrar?
¿Qué voy a hacer contigo?
¿Qué esperas de mí? ¡Di!

¿Te encerraré en la urna de un empolvado museo, etiquetado con tu nombre científico?
¿Te ofreceré como alimento a un pájaro o a una hormiga?
¿Te enterraré, mientras mi corazón reza por tu futuro?
¿Te sembraré?
Sí. Lo importante es sembrar.
Y acoger la semilla en profundidad.

TU GRANO DE TRIGO ES… TU VIDA, TU AMOR, TU TRABAJO, TU ALEGRÍA, TU FE…

Tú, ¿qué vas a sembrar?
¿Qué fruto esperas que nazca?
¿Qué zarzas, que pedregales, que situaciones personales pueden ahogar tu siembra?
¿Qué ayudas necesitas?

---------------------------

Señor, tengo en el cuenco de mi mano un grano de trigo
Es pequeño. Parece insignificante.

Pudo caer del remolque en un bache del camino, o perderse en el rastrojo.
Nadie habría hecho problema. Nadie se habría enterado.
Es pequeño. Parece insignificante.

Descubierto en el suelo,
es más fácil pisarlo que admirarse,
más fácil despreciarlo que recogerlo como un pequeño tesoro.
Es pequeño. Parece insignificante.

Aquí está, en mi mano. Solo.
Sin embargo, bajo su piel tostada encierra un secreto de vida.
En él hay espigas dormidas.

Si cada uno sembramos nuestro grano, junto al del hermano…
tendremos muchas espigas, despertará una nueva cosecha.

Señor,
¿Y si este grano fuera el último que queda en el planeta,
y yo el único responsable de cuidarlo?
¿Y si éste fuese el último grano de trigo que yo podré sembrar?
¿Qué voy a hacer con este grano?
¿Qué esperas de mí, Señor? ¡Di!

¿Lo encerraré en la urna de un empolvado museo, etiquetado con su nombre científico?
¿Lo ofreceré como alimento a un pájaro o a una hormiga?
¿Lo enterraré, mientras mi corazón reza por su futuro?
¿Lo sembraré?
Sí. Lo importante es sembrar.
Y confiar en la tierra que lo acoge
y en Ti, Señor.
Sin que yo sepa cómo,
tu fuerza lo convertirá en una espiga.

Señor, el grano de trigo que acojo en el cuenco de mi mano
es mi vida, mi amor, mi trabajo, mi alegría, mi fe.

Señor, dame generosidad para sembrar, para sembrarme.
Dame fuerza para quitar las zarzas y las piedras, las situaciones personales pueden ahogar mi siembra.
Dame paciencia, confianza y fe, para esperar los mejores frutos. Amén.