No;
no he roto la última amarra.
No;
no he puesto las cartas boca arriba.
No;
no he vaciado de razones mi alforja.
No;
no me atrevo a salir con una sola prenda.
No;
no tengo todas mis acciones en tu banca.
No;
no he dado el paso que me libera.
No;
no soy digno, pero...
no renuncies a tu promesa.
¡Rompe mis argumentos
y dame la vuelta!
Florentino Ulibarri