martes, 15 de diciembre de 2015

En la encrucijada

Señor,
Empiezo a caminar por mi cuenta
y tengo que elegir un camino
y acertar en él.

El mundo me ofrece sus caminos,
felices, fascinantes:
camino del dinero sin tregua,
de la diversión hasta asquearse,
de la lectura fácil
con olor a podrido,
el camino solitario, cerrado a los demás.
Aprovechar, sacar partido, vivir...

Pero, ¿es esto la vida....?
¿Es vivir la búsqueda insaciable deplacer...?
¿La satisfacción del cuerpo ahogando el espíritu...?
¿El placer que destruye la dignidad de la perosna y ahoga la libertad...?
¿Es vivir la búsqueda del placer como el único dios que deja
vacío y seco el corazón...?

Frente a esto, Tú me ofreces otro camino,
ME INVITAS A SEGUIR EL CAMINO DEL AMOR.
Amar como Tú.
Amor que es entrega de la vida.
Amor que es redención del oprimido,
establecimiento de la justicia, de la solidaridad.
Amor que es sinceridad, verdad, alegría, perdón,
amistad, grupo, comunidad.
Amor que salva y da sentido a la vida.
Amor que reconoce a Dios como PAdre
y a todos los hombres como hermanos.

Sé por donde quiero ir, Señor,
pero me veo demasiado atraído por este mundo que fascina.
Y me siento incapaz de enfrentarme a él.
EN ESTA HORA SUPREMA DE MI VIDA
DAME VALOR PARA SEGUIR TU CAMINO.