Señor, parece que quiero ser distinto a los demás,
pero tú y yo sabemos que no soy tan original.
Quiero cuidar mi interior,
pero vivo deprisa y dedico poco tiempo a pensar y a rezar,
como la mayoría.
Quiero ser austero,
pero me gusta estar a la última,
como la mayoría.
Me gustaria ser solidario,
pero sólo comparto migajas,
como la mayoría.
Quiero tener un estilo de vida comunitario,
pero no quiero que nadie me moleste y me aíslo,
como la mayoría.
Quiero vivir una opción preferencial por los pobres,
pero me acercó más a la gente que no tiene problemas,
como la mayoría.
Quiero entregar mi vida del todo,
pero pienso demasiado en mí,
como la mayoría.
Quiero pensar, sentir y actuar en cristiano,
pero la fe es sólo una capa superficial,
como la mayoría.
Jesús, envía a mi corazón la luz y la fuerza del Espíritu,
para que no me importe ser distinto o ser igual a los demás,
para crecer cada día en libertad, coherencia, entrega y felicidad.
