Señor, danos luz para no dejarnos engañar
por las buenas apariencias,
por las palabras amables,
por los modales exquisitos,
por los discursos de moda,
por sonrisas de película...
Enséñanos a valorar y a vivir
la austeridad y la solidaridad,
la verdad que pocos quieren oír,
el amor en cada gesto
el sacrificio por los demás
la vida entregada sin medida...
Tú nos has dicho:
"Por sus frutos los conoceréis"
Y en mi interior pienso:
"Por mis frutos me conocerán".
Transforma, Señor, mi corazón,
para dar buenos frutos
al servicio de quienes más lo necesitan.