Señor, Tú sabes mejor que nosotros cómo nos encontramos.
Se mezclan tantos sentimientos: tristeza, rabia, gratitud.
La grave enfermedad de (Nombre) nos ha dejado sin aliento.
Ayúdanos a afrontar estos momentos con amor,
para que no le falte nuestra cercanía y nuestro cariño,
para que sepamos agradecerle todo lo que nos da dado.
Ayúdanos a vivir nuestro sufrimiento con fe,
sabiendo que Tú nos acompañas en las alegrías y en las penas.
Danos unos ojos de fe para descubrirte a nuestro lado.
Ayúdanos a afrontar con esperanza la enfermedad de (Nombre),
para aprendamos tantas lecciones para ser más humanos,
y creamos que lo mejor está por llegar, en esta tierra y en el cielo.
Banco de oraciones
clasificadas por temas
miércoles, 22 de octubre de 2025
Por una persona gravemente enferma
martes, 4 de marzo de 2025
Por el papa Francisco
Dios Padre nuestro,
nos unimos en oración
por el Papa Francisco,
en su grave enfermedad.
Sabemos que Tú lo amas.
Por amor lo elegiste,
por amor lo acompañas,
por amor lo sostendrás siempre.
Nosotros también lo amamos,
por su valentía y su audacia,
por su alegría y su naturalidad,
por su fe, esperanza y caridad.
Gracias por acercarle nuestro cariño,
hasta su habitación del hospital,
porque a través de esta oración
estamos a su lado en el Gemelli.
Y, aunque no sea necesario,
déjanos repetirte otra vez:
cuídalo con tu amor de madre
y si es tu voluntad, cúralo.
Amén.
lunes, 30 de septiembre de 2024
Señor, ayúdanos a crecer en familia.
Señor, ayúdanos a crecer en familia.
Ayúdame, a confiar en mis posibilidades de crecer en sabiduría, en fuerza, en mi relación contigo. Que no me encierre en mis errores, que nunca me considere incapaz de mejorar, de ser feliz, de llevar a los demás un poco de alegría y esperanza.
Ayúdame también, Señor, a procurar el crecimiento de las personas que forman parte de mi familia y de mi comunidad de vida. Que no pretenda evitarles los problemas, sino acompañarles para que puedan afrontarlos. Que sepa ayudarles a descubrir sus capacidades y posibilidades de mejorar. Que sepa comunicarles esperanza en los fracasos y los momentos difíciles.
Señor, ayúdanos a crecer en familia, apoyándonos los unos en los otros, con humildad, generosidad y confianza.
El amor no deja las tareas para luego.
Señor Jesús, el amor nos hace correr;
para disfrutar de su presencia y su palabra,
para ayudarle o para buscarle ayuda.
El amor no deja las tareas para luego.
Señor, ayúdame a escuchar tu voz y a responderte,
con la decisión y generosidad de Juan Evangelista.
Cuando lo llamaste, a orillas del lago Tiberiades,
inmediatamente dejo la barca y a su padre y te siguió.
Señor, ayúdame a cuidar mi relación contigo,
a dejarme amar por ti, como Juan, sin demoras.
Tú me amas como si yo fuera tu único amigo
y como si tú fueras el único amor que hay en mi vida.
Señor, que cumpla mi misión prontamente, como Juan.
Dame valentía y humildad para compartir la fe.
Que no pueda dejar de hablar de tu Evangelio,
que no deje de servir a quienes me necesitan.
Como Tú y Contigo. Amén.
Llegas.
Llegas,
y avivas
el hambre de Dios,
de verdad, de hermano,
de justicia,
de vida.
Llegas
y sanas
heridas añejas
y tristezas nuevas.
Llegas,
amas
mi pobreza,
mi ayer entero,
el ahora en su calma
y su tormenta,
el mañana posible.
Llegas
y conviertes
el sollozo en fiesta
la muralla en puerta
la nada en poema.
Llegas
cargado de Ti, y de otros…
Palabra con mil promesas
humanas, eternas…
Llegas,
despiertas el amor dormido
y te quedas.
(José María R. Olaizola, sj)
lunes, 23 de septiembre de 2024
Ser testigos de tu luz
Señor, gracias por todas las personas que Tú nos envías, para ser testigos de tu luz: amigas y amigos que nos aman y acompañan más allá de nuestros errores, pobres que nos recuerdan la necesidad de convertirnos, personas que nos llevan la contraria y nos ponen a prueba, mujeres y hombres santos de la puerta de al lado…
Ayúdanos, Señor, a descubrir, qué nos quieres decir a través de la palabra, del amor, de la rabia, de la alegría y del dolor de cada persona.
Y, ya que me has llamado también a mí a ser testigo de tu luz, condúceme y guíame, para que mis palabras y obras no sean obstáculo, sino puente, que acerque a muchas personas a amar más y mejor, a encontrarse contigo, a vivir la alegría del Evangelio. Amén.
Cuando tú quieras, donde tú quieras, como tú quieras
Nos preocupamos demasiado por el futuro, Jesús.
trabajo fijo, reservas en el banco, casa en propiedad,
vacunas para todas las enfermedades posibles, seguros...
Hasta en nuestra relación contigo, queremos seguridades:
Pretendemos tener controlado lo que puedas hacer o decir.
¡Qué poco confiamos en la providencia del Padre!
Señor, ayúdanos a abandonarnos en manos de Dios,
como una criatura se refugia en el regazo de su madre
y se siente segura, aún en medio de la tormenta.
Ayúdanos a controlar menos y a confiar más.
Danos un corazón abierto a tu eterna sorpresa,
para gozar de tu presencia, de tu palabra y de tu amor,
cuando tú quieras, donde tú quieras, como tú quieras.
Amén.
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