lunes, 5 de octubre de 2015

Padre Nuestro

Padre, ayúdame sentir la alegría de ser tu hija y a tratar a los demás como hermanos.

Nuestro, no dejes que me aísle en mi egoísmo.

Que estás en los cielos; tan cerca y tan lejos; te dejas tocar, pero no te dejas atrapar.

Santificado sea tu Nombre; y que yo te ame con todo el corazón, con toda el alma y con todas mis fuerzas.

Venga a nosotros tu Reino. Reina en mi vida y dame fuerza para trabajar para extender tu Reino de justicia, de verdad, de paz.

Hágase tu voluntad y dame confianza para acogerla como camino de vida para mí y para los hermanos.

Danos hoy nuestro pan, danos el pan tierno de tu amor en la Eucaristía. Danos un corazón generoso para compartir con los pobres y con los que sufren, con los que tienen hambre de pan y de esperanza.

Perdona nuestras ofensas y ayúdanos a comprendernos y a comprender, a perdonarnos y a perdonar.

No nos dejes caer en tentación; dame luz y fuerza para descubrir y vencer los engaños que me alejan de ti, de los hermanos, de mi propia felicidad.

Líbranos del mal y ayúdanos a vencerlo sólo a fuerza de bien.

Amén. Así sea, en mí y en todas tus criaturas. Amén.