Señor, aunque no siempre lo reconocemos, 
te necesitamos, como la mujer cananea.
Por eso te decimos: "Ten compasión de mí, 
Señor, Señor, socórreme".
A veces no te sentimos a nuestro lado, 
parece que estamos en tu lista negra,
que nuestras palabras no llegan a tus oídos
y tu corazón está cerrado a nuestro dolor.
Danos un corazón que no desconfíe, 
que sepa pedir y esperar tu ayuda.
Conserva y auméntanos el don de la fe, 
para sepamos que Tú estás, aunque no te sintamos.