domingo, 13 de diciembre de 2015

Te busco

Señor, a veces me siento triste, nada ni nadie me hace feliz;
y te busco, porque Tú eres la fuente de la esperanza y la alegría,
Señor, en otros momentos la vida me sonríe, soy feliz; y te busco,
porque la felicidad que siento es más pequeña que el corazón que me diste.

Te busco, Señor, en la hermosura de las montañas, las flores y el cielo.
Te busco, Señor, en las personas que saben sonreír y amar.
Te busco, Señor, en el silencio de la oración y en los sacramentos.

Sé que estás ahí, Señor, pero me cuesta descubrirte y alegrarme contigo.
Quizá mi vida, mis palabras y acciones se hayan apartado de ti y por eso no te encuentro.
Que tu Espíritu me ayude a no exigir demasiado, a no aprovecharme de los demás, a compartir…
para que mis ojos puedan descubrirte y tu alegría se desborde en mi corazón.