martes, 6 de octubre de 2015

He aquí la esclava del Señor

Jesús mío, tu madre me enseña el camino de la vocación.
Ella dijo con tanta humildad como firmeza:
"He aquí la esclava del Señor.
Hágase en mí según tu palabra".
Hoy quiero decirle a Dios estas mismas palabras.
Quiero escuchar la palabra de Dios.
Quiero estar atento a su silenciosa voz,
que está hablando dentro de mi corazón.
Jesús, dame valor y confianza para decir como María:
"Padre, hágase en mí según tu palabra; hágase tu voluntad".
Después te engendraré a ti dentro de mí, como ella,
te engendraré en mi corazón.
Y crecerás en mi interior;
crecerás más y más hasta llenar todo mi
ser.

Yo seré completamente tuyo,
tu hermano querido e hijo de Dios.
Y haré tu voluntad, seguiré tu vocación.
Y exclamaré cada día:
"Padre, he aquí tu esclavo, tu esclava.
Hágase en mí según tu palabra".
Sé que soy hijo de Dios,
infinitamente más que un esclavo;
pero haré su voluntad como un esclavo
la de su amo.
El esclavo, por temor; yo, por amor.
por el amor que me tienes, por el amor que te tengo.
Virgen María, madre de Jesús,
que escuchabas tan profundamente la palabra de Dios:
dame tu silencio y tu escucha,
para que yo también siga la vocación de Dios.