Señor, ayúdame a seguir tus llamadas ahora,
sin dejarlo para luego, inmediatamente;
aunque me cueste mucho abandonar lo que llevo entre manos:
aunque tenga que renunciar a seguridades y comodidades,
aunque no sepa dónde me conducirás y cómo viviré;
aunque no me prometas un camino de rosas:
pero con la confianza de que Tú nunca me fallarás,
cumplirás tu promesa de estar siempre con nosotros,
compartiendo tu amistad, tu sueño, tu lucha, tu cruz y tu gloria.
Señor, ayúdame a seguir tus llamadas ahora,
sin dejarlo para luego, inmediatamente;
esas llamadas que puedo escuchar en mi conciencia, en tu Palabra,
y en el hambre de justicia, amor, esperanza y paz de cada persona.
Amén.