Señor, cuando estoy contigo,
me siento querido y amado;
no tengo necesidad de glorificarme,
ni siquiera de defenderme.
Contigo soy el que soy sencillamente,
Contigo soy el que soy sencillamente,
sin caretas ni maquillajes.
Señor, gracias por las personas
que saben acoger y amar a otras,
creando entornos de confianza,
en los que podemos ser como somos
y sacar lo mejor de nosotros mismos.
Ayúdame a seguir este ejemplo.
a reconocer el bien de cada persona,
a buscar únicamente el bien del otro,
a amar incondicional y gratuitamente,
como Tú y Contigo.
Amén.