Andando de tu mano,
¡qué fáciles las cimas!
Alto se está contigo,
tú me elevas, sin nada,
tan sólo con vivir
y dejar que te viva.
Tus pasos más sencillos
en ascensión acaban.
Y en altura se vive
sin sentir la fatiga
de haber subido.
Tú le quitas
al trabajo, al afán,
su gran color de pena.
Y en descensos alegres,
se sube, si tú guías,
la inmensa
cuesta arriba del mundo.
Pedro Salinas