Abre nuestros ojos y nuestros corazones para que podamos verte en cada uno de tus hijos empobrecidos.
Que aceptemos que hay vínculos que nos unen, y reconozcamos que nos has creado para ser una familia compasiva, fraterna y participativa.
Abre nuestros corazones a las necesidades de nuestros hermanos que sufren los efectos de la pobreza, el desempleo, la desesperanza… y moviliza nuestro espíritu para darles una respuesta con corazón.
Transforma en amor comprometido la indignación que sentimos ante la injusticia, y danos tu fuerza para ponernos manos a la obra.
Mueve nuestros corazones para una entrega generosa, y un estilo de vivir sencillo que haga posible otra sociedad y otro mundo presencia de tu Reino.