sábado, 12 de septiembre de 2015

Hijo pródigo

Algún día,
cualquier día,
doblarás otra vez el recodo del camino;
te veré acercarte,
ligero el paso,
con el corazón en vilo;
oiré tu voz llamándome,
veré tus ojos mirándome,
sentiré tus brazos abrazándome;
y sabré que tu amor es más fuerte
que mis dudas, cansancios y necedades.

Algún día,
cualquier día...
¡quizá sea ahora!

Florentino Ulibarri