jueves, 1 de octubre de 2015

Como el labrador

Señor, dame la previsión de los agricultores, que preparan con tiempo la tierra, antes de sembrar. Que también yo sepa quitar piedras y malas hierbas, cuando corresponda, de mi corazón, de mi familia, del mundo que me rodea.

Señor, dame la sabiduría del sembrador que selecciona las mejores semillas y busca el momento adecuado para enterrarlas en la tierra. Que también yo sepa seleccionar las mejores imágenes, las mejores palabras, las mejores experiencias para sembrarlas oportunamente en mi vida, en las personas, en la sociedad.

Señor, dame la confianza y la paciencia del labrador que sabe esperar a que la semilla germine, crezca y crezca, hasta que, finalmente, da frutos. Qué también yo tenga confianza y paciencia conmigo mismo, con los demás y en todas mis tareas y compromisos.

Señor, dame la responsabilidad del hombre del campo que hace todo lo que está en su mano para obtener una buena cosecha, aunque el tiempo no traiga las lluvias o el calor en su momento. Que yo también sepa trabajar como si todo dependiera de mi y rezar como si todo dependiera de Dios.

Señor, dame la alegría y la gratitud de los segadores que recogen el fruto de la tierra y del esfuerzo de muchos. Que yo también sepa descubrir, valorar y agradecer el fruto de mi esfuerzo y de la entrega de quienes trabajaron antes que yo, el fruto de la tierra, el sol y el aire.

Señor, gracias por el don precioso de poder de trabajar, sembrar y cosechar en el inmenso campo del mundo. Gracias, Señor, de todo corazón.