martes, 6 de octubre de 2015

Cristo por nosotros se sometió

Señor Jesús, me impresiona tu vida: tu vida fue un continuo descenso, te abajaste y despojaste de todo.

Descendiste del cielo a la tierra y, siendo Dios, pasaste por uno de tantos, para encontrarte con cada persona, por amor.

Te abajaste a la pobreza, para bendecir y curar a los más pequeños: a los pobres, a las mujeres, a los niños, a los enfermos, por amor.

Te despojaste del todo hasta llegar a la cruz, para poder acompañar y abrazar a todos los que sufren y mueren injustamente, por amor.

Descendiste hasta la muerte, tú que eres la Vida, para resucitar con todos los que han muerto, por amor.

Me impresiona, Señor, tu descenso... y me da miedo, porque yo quiero seguirte y, sin embargo, a mi no me gusta abajarme.

Señor, dame la fuerza de tu Espíritu, para que superar la tentación de subir más que los demás, para que siga tu camino de amor, del amor que se abaja y se acerca a os últimos, para acompañar, para bendecir, para servir, para dar la vida; para vivir de verdad, junto a Ti.