jueves, 1 de octubre de 2015

El Señor es nuestra luz y salvación

El Señor es nuestra luz y salvación,
¿a qué hemos de temer?
Él es el refugio de nuestra vida,
¿qué nos hará temblar?

Cuando se derrumban sobre nosotros las dificultades,
qunque todo parezca volverse en nuestra contra,
estamos siempre seguros.

Una cosa te pedimos, Padre,
una cosa estamos buscando:
morar en la Casa de Dios
todos los días de nuestras vidas,
para gustar tu dulzura y cuidar de tu templo.

Él nos dará cobijo en su cabaña
en día de desdicha;
nos esconderá en lo oculto de su tienda,
sobre una roca nos levantará.

Y ahora se alzan nnuestras cabezas
sobre los problemas que nos ahogan;
en su tienda vamos a superarlos,
y vamos a aclamarle;
cantaremos, salmodiaremos a Dios.

Escucha, Padre, nuestras voces que claman.
¡Ten piedad, respóndenos!
Dice de ti nuestro corazón:
"Busca su rostro"
Sí, Padre, tu rostro buscamos,
no nos ocultes tu rostro.

No nos abandones, no nos rechaces.
Enséñanos tu camino, guíanos,
no nos entregues a las dificultades,
pues sin tu ayuda no podremos superarlas.
Confiamos en ti, Padre,
danos valor y firme corazón,
confiamos en ti.