martes, 6 de octubre de 2015

No tienes manos

Jesús, no tienes manos,
tienes sólo nuestras manos
para construir un mundo nuevo
donde haya más fraternidad y justicia.

Jesús, no tiene labios,
tiene sólo nuestros labios
para anunciar a los pobres
la buena noticia de la libertad.

Jesús, no tienes pies,
tienes sólo nuestros pies
para acudir al lado de tantos jóvenes
que necesitan palabras y gestos de ánimo.

Jesús, no tienes medios,
tienes sólo nuestro trabajo
para lograr que todos los hombres
vivan como hermanos.

Jesús, aquí tienes mis manos, mis pies,
mis labios, mi trabajo, mi sonrisa,
mi tiempo, mi ilusión, mi vida.
¡Aquí estoy, Señor! Iré contigo.