Alabad al Señor de los señores
los yunques y martillos,
las hoces campesinas,
insistentes cepillos artesanos,
calderas febrecidas de los buques,
las gruas valoradas de los puertos,
los picos insaciables de las minas,
los dóciles buzos del trabajo,
tractores señoriales de los pueblos,
máquinas de toda clase y condición.
Alabad al Señor creador de las fuerzas del trabajo
los que día a día creais los mundos venideros
en la tarea del esfuerzo y la plusvalía,
con interminables horas de trabajo,
con jornadas febriles de huelga y discusión de convenio
recogiendo dinero para los innumerables despedidos.
Alabad al Señor de las Promesas
los que hora tras hora preparais
las nuevas y siempre inalcanzables bienaventuranzas;
los que os esforzais por mejorar este mundo
buscando promoción,
recreando la organización de los pobres,
alimentando el sentido unitario de los luchadores,
fermentando las semillas del Reino.
Alabemos al Señor que nos salva
los que ahora nos reunimos en nombre del Movimiento
para acercarnos a la cruda realidad del trabajo,
a la lenta andadura de los Campos de Acción,
para escuchar a Dios que nos habla en todo este esfuerzo,
para discernir qué podemos hacer como JAC
porque el mundo de los jóvenes,
sus esperanzas y angustias,
sean también pan de nuestro caminar colectivo
y podamos continuar la misión liberadora de Jesucristo
como obreros de su Reino,
unidos y esperanzados en torno a su Palabra
por los siglos de los siglos. AMEN.