lunes, 21 de septiembre de 2015

Bendito seas por el don de la palabra

Bendito seas, Señor,
por el don de la palabra que nos has dado.
Gracias a él podemos comunicamos,
dialogar y participar,
preguntar y responder,
expresar nuestros sentimientos,
susurrar y gritar,
salir de nosotros,
abrimos al mundo,
a los hermanos
y a Ti.



Bendito seas, Señor,
por el don de la palabra que nos has dado
para que sabios y pensadores
revelen nuevos caminos a todos;
para que poetas y cantantes
nos alegren con sus poemas y voces;
para que los más pobres y débiles
tengan siempre gratis voz
para expresar sus necesidades
y profetizar en tu nombre.
Bendito seas, Señor,
por el silencio que nos ofreces
para que podamos escuchar
el eco de las palabras que esperamos;
para que podamos tener tiempo
de pensar y controlar nuestras ideas;
para que podamos balbucir palabras llanas
que intuyan y revelen tu misterio.

Bendito seas, Señor,
por haberte hecho palabra encamada,
palabra que nosotros podemos concebir,
y así poderte conocer y saborear

Bendito seas, Señor,
porque eres palabra entendible,
palabra de nuestra historia,
palabra viva,
palabra implicativa,
palabra de buena noticia
siempre nueva y abierta.