Como busca la cierva
corrientes de agua,
así mi alma te busca
a ti, Dios mío;
tiene Sed de Dios,
del Dios vivo:
¿cuándo entraré a ver
el rostro de Dios?
Las lágrimas son mi pan
noche y día.
mientras todo el día me repiten:
"¿Dónde está tu Dios?"
Recuerdo otros tiempos,
y desahogo mi alma conmigo:
cómo marchaba a la cabeza del grupo,
hacia la casa de Dios,
entre cantos de júbilo y alabanza,
en el bullicio de la fiesta.
¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué te me turbas?
Espera en Dios que volverás a alabarlo:
"Salud de mi rostro, Dios mío".
De día el Señor
me hará misericordia,
de noche cantaré la alabanza
del Dios de mi vida.
Salmo 41