domingo, 13 de septiembre de 2015

Descansando del duro trabajo

Aquí estoy, Señor,
sentado a la puerta de mi tienda,
descansando del duro trabajo,
intentando sentir tu brisa,
serenando mi cuerpo y espíritu,
haciendo memoria de tantas idas y vueltas,
y oteando el horizonte
con estos ojos nómadas que Tú me has dado.

Hace calor
Ni una rama del encinar se mueve.
Todo está detenido en la atmósfera
y en el tiempo.
El espíritu, seco y agrietado;
y las entrañas, yermas
como aljibe sin agua.

Pero yo espero y anhelo
que aparezcas a lo lejos,
tal como sueles presentarte,
con figura humana de caminante
que te acercas lleno de necesidades.
No pases de largo sin detenerte.
Hazme este favor

Descansad un poco en mi casa.
Os traeré un cuenco de agua,
os lavaréis los pies
y reposaréis a la sombra.
Os amasaré tierna hogaza de flor de harina
y os ofreceré ternero bien aderezado,
requesón y leche
para que reparéis las fuerzas.

Yo acogeré tu Palabra,
como palabra hacedora de vida,
aunque otros se rían de ella
y de tus promesas.

Aquí estoy, Señor,
en el encinar de Mambré.
No pases de largo sin detenerte.

Florentino Ulibarri