Aquí me tienes, preocupado por mis cosas,
atento a las quejas de mi cuerpo y a mis pensamientos y miedos.
Tú me recuerdas que la mies es mucha,
que hay poca mano de obra. Cuenta conmigo para tu reino.
Me envías a las personas más tristes, a las desencantadas y doloridas,
a las que les duele la soledad y más les duelen las heridas de la vida.
Tú cuentas conmigo para animar, para ser el amigo que escucha,
la persona que acompaña, y el que pone ilusión en el otro.
Tú quieres que, contigo, el enfermo se sienta mejor,
que alivie sus complejos y culpas, que relativice problemas y dramas.
Aquí me tienes, Señor,
me ofrezco para recoger tu mies.
Mari Patxi Ayerra y Álvaro Ginel