jueves, 1 de octubre de 2015

En la luz de cada amanecer

En la luz de cada amanecer
llegas Tú, Señor;
tu bondad acaricia la creación
con el sol y el aire fresco de cada mañana.

Tú nos llamas a vivir
y a dar la vida a otros,
compartiendo nuestra alegría espontánea
con tanta gente triste y cansada
trabajando
para modelar mejor esta tierra,
y hacerlo por nosotros
y por tantos que no lo pueden hacer,
ofreciendo desde nuestro corazón
la mejor disposición que tengamos
para amar y servir sin hacer ruido.
A tu estilo, Señor.

Gracias, Señor,
por haber podido nacer de nuevo contigo
en la maravilla de este nuevo día.