Niño Jesús, Niño Dios,
hijo de María e Hijo de Dios,
has venido a nuestra historia,
has puesto tu tienda entre nosotros
has compartido nuestro camino,
has venido para librarnos de las tinieblas y darnos la luz.
Te bendecimos, Señor, Dios Altísimo,
porque te has despojado de tu rango por nosotros.
Tú eres inmenso, y te has hecho pequeño;
eres rico, y te has hecho pobre;
eres omnipotente, y te has hecho débil.
En Ti, Niño ha aparecido la gracia,
la misericordia, la ternura del Padre.
Tú eres es el Amor hecho carne.
Eres el sentido de la vida y de la historia.
Los pastores, los últimos de aquella sociedad;
fueron los primeros en recibir la noticia de tu nacimiento,
se pusieron en camino, te encontraron y se alegraron.
Y los pastores se convirtieron en ángeles,
en mensajeros de la Buena Noticia.
Con ellos, contemplamos y acogemos tu ternura,
para poder contagiarla a todas las personas;
para anunciar que Dios Padre nos ama,
nos ama tanto nos ha hecho el mejor regalo:
ese regalo eres tú, Niño Jesús, Niño Dios.
Tú eres nuestro hermano y la luz que nos ilumina.
Inspirada en la homilía del Papa Francisco en la Misa de Gallo de 2013