Francisco de Sales, quiero llevar el corazón aquí, en la mano, y estar dispuesto a amar intensamente en todo momento, a pesar de las dificultades, no quiero encerrarlo.
Quiero estar dispuesto a reir y llevar a flor de piel el amor, teniendo ganas de llorar y consolar queriendo ser consolado, interesarse vivamente por lo que sucede al hermano.
No quiero esconder la verdad, sino dejarla en la mirada, quiero amarla para que, a través de mi, llegue a mis hermanos, expuesta a las espinas y al bochorno que, para eso fue dada.
Quiero ser imagen de tu imagen, Francisco de Sales, amigo, e ir contigo por los caminos polvorientos de nuestro mundo y ser voz que quiebre el dolor y el mudo silencio.
El camino no es fácil, y entre flores y espinas he de caminar Francisco de Sales, lléname de tu alegría y gozo para alcanzar en plenitud, un día, el arco iris final.
No quiero estar solo, aquí tienes mi vencido corazón, es todo tuyo aunque un poco lastimado: quiero amar, no puedo evitarlo. ¿quien soy yo para esconderlo o quien soy yo para negarlo?. Amén. Aleluya.
Antonio Díaz Tortajada