Señor, estrenamos un nuevo día y queremos sea tuyo. Te ofrecemos todo, para que tú lo transformes en gesto de amor para los demás.
Da ilusión a quien se levantó sin fuerzas, da alegría a quien la perdió, esperanza al deprimido, amor a quien se siente solo.
Esta mañana, Señor, el sol se asoma tímido, pero sus rayos, como tu presencia, me susurran al oído:
"Hoy es un día espléndido, puedes mirar con ojos grandes, si te haces como un niño, puedes jugar a ser feliz, sonreír al que te encuentres, animar al que siempre se queja.
Hoy puedes encender una luz en vez de maldecir la oscuridad. Puedes ofrecer tu cansancio en vez de quedarte derrotado.
Hoy es un día único, que no volverá. Yo, tu Dios, como siempre, estaré en tu camino, por muchas que sean tus tristezas.
Aunque muchas cosas que te salgan mal, tú eres el centro de un amor eterno, tú eres muy importante y valioso para mí. Yo te amo".
Abre mi corazón, para dejarme amar, para amarte, para amar. Amén.