Ven, Espíritu Santo. Tú que suscitas lenguas nuevas y pones en los labios palabras de vida, líbranos de convertirnos en una Iglesia de museo, hermosa pero muda, con mucho pasado y poco futuro.
Ven en medio nuestro, para que en la experiencia sinodal no nos dejemos abrumar por el desencanto, no diluyamos la profecía, no terminemos por reducirlo todo a discusiones estériles.
Ven, Espíritu Santo de amor, dispón nuestros corazones a la escucha.
Ven, Espíritu de santidad, renueva al santo Pueblo fiel de Dios.
Ven, Espíritu creador, renueva la faz de la tierra. Amén.
(Papa Francisco)