lunes, 21 de septiembre de 2015

Abiertos al mundo

Ayúdanos, Señor, a mirar siempre hacia adelante,
a emprender el camino convencidos de que no vamos solos,
de que tú vas con nosotros
y nos has dado hermanos y hermanas.

Danos valor, mucho valor,
para afrontar nuestra vida de todos los días,
para ser testigos tuyos en este tiempo
y llevar el ánimo
y la esperanza a nuestros hermanos.



Abre nuestro corazón a los problemas del mundo.
Haz que seamos capaces de escuchar a los demás. 
Danos una actitud de humildad
para servir con alegría cada día
sabiendo que, de esta manera,
vamos construyendo tu reino paso a paso.

Ayúdanos a gastar nuestra vida
por el proyecto que Jesús nos encargó.
No queremos defraudarte, Señor,
queremos que cuentes con nosotros. 
Estamos seguros de tu apoyo.

Gracias por este tiempo vivido,
gracias por el silencio y por tu mensaje,
gracias por los hermanos regalados,
gracias porque tú nos has unido de verdad,
gracias por haber estado aquí, gracias por todo,
hasta por los detalles más sencillos.