lunes, 21 de septiembre de 2015

Bajo las olas agitadas del odio

Bajo las olas agitadas del odio,
cuánta bondad, Señor,
y cuánto amor hay en nuestro mundo.

El bien queda oculto
a las miradas superficiales
y sólo se descubre
con los ojos del corazón.



Hay que sanar el corazón
para poder contemplar las maravillas del espíritu.

Sorprender al pobre que da a otro pobre
la moneda que él necesitaba para vivir;
encontrar a la mujer que ya ha perdonado
a quien acaba de asesinar a su hijo;
conocer al apóstol
que deja a su padre y a su madre,
que abandona su casa, su lengua, su cultura, su país
y marcha para siempre
a anunciar la Buena Nueva a los pobres.

Señor, ilumina los ojos de nuestro espíritu,
descúbrenos las maravillas que realizas
continuamente en nosotros
y enséñanos a cantar el magnificat
de acción de gracias
para alabanza de tu gloria.
Amén.

Ángel Sanz Arribas, cmf.