domingo, 13 de septiembre de 2015

¿Me amas?

Aún nos faltaba un gozo: descubrir tu inédito modo de perdonar.
Nosotros, como Pedro, hemos manchado tantas veces tu nombre,
hemos dicho que no te conocíamos,
hemos enrojecido ante el «horror» de que alguien nos llamara «beatos»,
nos hemos calentado al fuego de los gozos del mundo.



Y esperábamos que, al menos, tú nos reprenderías
para paladear el orgullo de haber pecado en grande.

Y tú nos esperabas con tu triste sonrisa
para preguntarnos sólo: «¿me amas aún, me amas?»,
dispuesto ya a entregarnos tu rebaño y tus besos,
preparado a vestirnos la túnica del gozo.

Oh Dios, ¿cómo se puede perdonar tan de veras?
¿Es que no tienes ni una palabra de reproche?
¿No temes que los hombres se vayan de tu lado
al ver que se lo pones tan barato?

¿No ves, Señor, que casi nos empujas a alejarnos de ti
sólo por encontrarnos de nuevo entre tus brazos?

Martín  Descalzo