jueves, 1 de octubre de 2015

Dos palos

En tu cruz, Señor,
sólo hay dos palos,
el que apunta como una flecha al cielo
y el que acuesta tus brazos.


No hay cruz sin ellos
y no hay vuelo.

Sin ellos no hay abrazo
Abrazar y volar.
Ansias del hombre en celo.
Abrazar esta tierra
y llevármela dentro.

Enséñame a ser tu abrazo.
Y tu pecho.
A ser regazo tuyo
y camino hacia Ti
de regreso.

Pero no camino mío,
sino con muchos dentro.
Dime cómo se ama
hasta el extremo.

Y convierte en ave
la cruz que ya llevo.
¡O que me lleva!
porque ya estoy en vuelo.

Ignacio Iglesias, sj