Eres otra cosa.
¿Quién ha dicho que Tú eres triste,
serio, aguafiestas y exigente?
¿Quién ha dicho que el Evangelio
está reñido con la alegría y la fiesta?
¿Quién ha dicho que la fe es una carga inútil
de normas y leyes que ya no rigen?
¿Quién ha dicho que tu mensaje es una cadena
con manto de rosas y promesas huecas?
Tanto tiempo contigo,
trabajando en tu viña,
hablando de nuestras vidas,
y no te entendemos.
Tenemos que cambiar de pies a cabeza
nuestras glándulas resecas,
nuestros miembros sin juego,
nuestras arterias rotas,
nuestra mente cerrada,
nuestro corazón viejo.
Beber vino nuevo
y exponemos al viento de tu Espíritu
sólo con el manto que Tú nos has tejido.
Romper esquemas,
y adquirir estilo, forma y mentalidad nueva
para entenderte y gozarte.
Tanto tiempo contigo,
oyendo tus risas,
compartiendo tus fatigas,
y no te entendemos,
porque seguimos siendo fariseos,
ayunando de tu Evangelio,
y no nos atrevemos a emborrachamos contigo.
Eres otra cosa, Jesús.
Eres otra cosa.
Florentino Ulibarri