jueves, 5 de mayo de 2016

Tienen ojos y no ven

Tú, mi Dios, eres impresionante silencio
en la noche estrellada,
en el diario acontecer de los días
y en la aparente monotonía de la Historia humana.

Te vistes de verdura con la naturaleza;
de azul en el lejano firmamento;
eres ruido sonoro en la pendiente cascada;
paz y tranquilidad en el lago cristalino.

Tu presencia está inmersa en las cosas,
pues las vistes de bondad y hermosura;
pero nuestros ojos son miopes
y algunos tenemos la vista cansada
de ver y no mirar atentamente
No alcanzamos a vislumbrar nada,
más allá de nuestro mezquino horizonte.

Tú nos hablas con el lenguaje del pájaro y del agua,
de la noche y del día, del amanecer y del mediodía.
Pero todo ello nos resulta tan suave, tan tenue,
que apenas si lo perciben nuestros oídos,
acostumbrados como estamos a los reiterativos
ruidos de canciones estridentes.

Confieso que Tú, Hacedor divino,
estás todo entero en tu obra,
aunque parezca mentira:
"Que todo es como gigante espejo deonde se refleja
la hermosura de tu Rostro.
Todo el universo, como inmenso coro,
compuesto de innumerables voces
que canta tu gloria y esplendor sin igual"

Quiero estar contigo en este mundo creado para mi,
como el Adán primero en el Edén:
Agarrado a tu mano, paseando a tu lado,
emn dialogante coloquio,
dando nombre a las cosas y animales,
como Hermano de todo,
pues confieso entusiasmado que TODOS:
naturaleza, animales y hombres,
salimos un día de tus manos