Señor, lo reconozco, a veces vivo la vida sin pensar:
vivo como si no hubiera pobres a los que ayudar,
preocupado únicamente de mis problemas;
vivo como si mi vida no fuera un regalo para el mundo,
buscando, sobre todo, mi capricho y mi bienestar;
vivo como si no hubiera personas buenas en el mundo,
con las que poder alegrarme y trabajar por los demás;
vivo como si no me hubieras dado alas para volar,
conformándome con una vida sosa y sin frutos.
vivo como si yo nunca me equivocara,
o como si fuera incapaz de hacer algo bien;
vivo dejándome llevar por las emociones de cada momento,
sin utilizar el talento y la voluntad para conducirlas;
vivo como si fuera a vivir 500 o 1.000 años,
dejando lo más importante para mañana;
vivo como si Tú no quisieras mi felicidad y mi libertad,
escapando lejos de ti, para ser libre y feliz;
vivo como si mis planes fueran mejor que los tuyos,
sin atreverme a dejarme conducir por ti.
vivo como si tu Espíritu no me ofreciera su luz y su fuerza,
apoyándome únicamente en mis propias fuerzas;
vivo como su no necesitara una comunidad de hermanos,
viviendo la vida y la fe como si fuera un superman.
Señor, lo reconozco, a veces vivo sin pensar.
Gracias por ayudarme a vivir de verdad.