lunes, 29 de julio de 2024

Dame ojos y oídos atentos, para escuchar la palabra del Padre,

 

Señor, no somos grandes por ser “la madre de” o el hijo de”.
Tampoco somos grandes por nuestros títulos o cuentas corrientes.
Somos grandes en la medida que tenemos una mirada compasiva,
que descubre tu palabra en los dolores y esperanzas de la gente.
Somos grandes cuando estamos dispuestos a amar y servir.
 
Dame ojos y oídos atentos, para escuchar la palabra del Padre,
como María y con María, como Tú y Contigo.
Que hacer la voluntad del Padre sea mi alimento cotidiano,
como María y con María, como Tú y Contigo.
Amén.