Tú, Jesús, que me llamas a darlo todo,
a entregarme hasta el extremo, como Tú y Contigo,
también me pides que me deje cuidar,
que sepa recibir techo, cariño y pan,
de quienes me abren la puerta de su casa y de su corazón.
Señor, que tenga el corazón siempre abierto,
para recibir y regalar vida y amor, sin medida.
Amén.