Tú me llevas de la mano,
Tú eres mi auxilio y fortaleza,
contigo se me quitan los miedos
y me vuelves atrevido y osado.
Tú sabes que a veces me siento un gusano,
me veo incapaz de muchas cosas,
pero Tú me potencias y me ilusionas,
y me recuerdas que nunca me abandonas.
En ti, Señor, mi valor aumenta,
y me envías a llevar a los hermanos
agua de la que tienen sed
e ilusión de la que tienen hambre.
Tú eres río, manantial y fuente
que apaga toda mi sed,
que me vuelve fresco.
Tú adornas nuestra vida
con agua, árboles y plantas,
con belleza natural y artesana,
para que, felices, sintamos tu presencia.
Mari Patxi Ayerra y Álvaro Ginel