Gracias, Jesús,
por los niños que nos regalan su sonrisa,
por las personas que se emocionan al escuchar tu Palabra
por los que abren su pobreza a tu grandeza,
por los que acogen tu amor gratuito,
por los que ayudan a los demás sin darse importancia,
por los que dejan que tu crezcas en su corazón,
por los que encuentran su alegría sirviendo y no buscan recompensa,
por los que se dejan ayudar con humildad y gratitud,
por…
por tantas personas sencillas,
que son maestras en humanidad.
Que sepamos aprender de ellas y vivir como ellas.