jueves, 24 de octubre de 2019

Te acercas como buen samaritano

En verdad es justo, darte gracias y deber nuestro alabarte,
Padre santo, Dios todopoderoso y eterno,
en todos los momentos y circunstancias de la vida,
en la salud y en la enfermedad,
en el sufrimiento y en el gozo,
por tu siervo, Jesús, nuestro Redentor.

Porque él, en su vida terrena, pasó haciendo el bien y
curando a los oprimidos por el mal.
También hoy, como buen samaritano, se acerca a toda persona
que sufre en su cuerpo o en su espíritu,
y cura sus heridas con el aceite del consuelo y el vino de la esperanza.

Por este don de tu gracia,
incluso cuando nos vemos sumergidos en la noche del dolor,
vislumbramos la luz pascual en tu Hijo, muerto y resucitado.

Por eso, unidos a los ángeles y a los santos,
cantamos a una voz el himno de tu gloria:

Santo, santo, santo es el Señor, Dios del universo,
llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene, en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.

Prefacio del tiempo ordinario