sábado, 23 de julio de 2022

Echad la red

Señor Jesús, Cristo resucitado,
Tú te hiciste presente en el trabajo de tus discípulos,
en aquella noche de tanto esfuerzo y de escaso resultado.
Ellos trabajaban en sus barcas y con sus redes.
Tú trabajabas en sus corazones.
 
Abre nuestros ojos, para que descubramos tu presencia
en la vida cotidiana, en las labores de cada día;
en el esfuerzo de las personas que trabajan a nuestro lado;
en los compañeros y compañeras que están pendientes unos de otros;
en el dolor de quienes no pueden trabajar;
en la rabia de las personas explotadas y maltratadas;
en el compromiso de quienes pretenden trabajo digno para todos;
en los empresarios que luchan para mantener empleos decentes;
en los economistas que ponen a las personas en el centro del proceso productivo…
 
Sigue trabajando en mi corazón y en mi vida, Señor.
Muéstrame caminos nuevos en el trabajo y la convivencia cotidiana.
Recuérdame que Tú cuentas conmigo, a pesar de mis negaciones y torpezas;
para cuidar a tu rebaño, a tu gente, a las personas más débiles;
para encender y avivar esperanza en quienes se sienten fracasados;
para compartir el amor y la misericordia que Tú has derrochado conmigo.
Amén.