sábado, 23 de julio de 2022

Asombro y apertura

¡Qué poca capacidad de asombro tenemos, Señor!
Desechamos lo que no cabe en nuestra cabeza.
Criticamos a las personas que no siguen la costumbre o la moda.
En el fondo, creemos ser la medida del mundo.
Así limitamos a los demás y nos reducimos a nosotros mismos.

Danos un corazón y una mente abiertos,
para acoger la grandeza de tu amor, siempre más grande,
para recibir la sabiduría sorprendente de tu palabra,
para aprender de cada persona que camina a nuestro lado,
para disfrutar de la belleza inconmensurable de tu creación.

Señor, a pesar de mi pequeñez, tengo hambre de infinito.
Que sepa crecer cada día en humildad y en apertura. Amén.