Señor, resuenan en mi corazón tus palabras:
"Levántate y echa a andar".
Tu brazo es más fuerte que todas mis cadenas.
Estrecharé tu mano y echaré a andar,
con otros hermanos liberados de sus ataduras.
Con tu consuelo afronto sufrimientos y dolores.
Me dejaré acariciar y abrazar por Ti y echaré a andar,
para que los que se sienten aplastados puedan levantarse.
Tu palabra me saca del pozo del pesimismo.
Escucharé tu voz y echaré a andar.
Compartiré mi esperanza y seguiremos adelante.
Tu Reino de fraternidad me fascina y me atrae.
Me dejaré ayudar por otros peregrinos y echaré a andar.
Ofreceré mi hombro a otras personas y caminaremos juntas.
Tu Amor es más poderoso que la muerte.
Me dejaré resucitar y echaré a andar
para abrazarte y abrazar a quienes ya viven en tu Casa.
Señor, que sigan resonando en mi corazón tus palabras:
"Levántate y echa a andar".