lunes, 26 de abril de 2021

Profetas

Envíanos, Espíritu poderoso, el rocío de tu suavidad.
Tú que haces oír a los sordos,
abre nuestro corazón cerrado y ablanda nuestra mente rígida;
para que no despreciemos la voz de los profetas,
podamos acoger la Palabra con confianza y alegría
y sepamos descubrir tu mensaje de amor y fraternidad,
en la voz dulce del amigo y en el grito del que sufre,
en la belleza de un atardecer y en el ruido de la tormenta.

Tú que inspiras a los apóstoles y a los profetas
e instruyes a mujeres y hombres, niños y ancianos sabios,
concédenos la gracia de hablar con certeza
del Amor que crea y sostiene nuestra existencia,
del camino del servicio que conduce a la alegría,
mostrando con nuestra vida ese sendero a otras personas.

A la hora de intentar comunicar tu Palabra,
que tu sabiduría nos acompañe,
para que sepamos decir lo que es útil y oportuno,
aunque podamos ser despreciados y rechazados.

A ti gloria, con el Padre de bondad,
con el Hijo, hermano nuestro,
ahora y por los siglos de los siglos. Amén.